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Bolivia le dice “no” a Starlink: entre la soberanía digital y el aislamiento tecnológico

PERGAMINO NOTICIAS del Grupo de Medios infopba.com informa: En un giro inesperado que ha generado intensas reacciones en América Latina, Bolivia se ha convertido en uno de los pocos países del continente en negarle la entrada a Starlink, la red de internet satelital de Elon Musk. La medida, justificada por razones de soberanía y control regulatorio, choca de frente con la dura realidad de una conectividad deficiente que afecta a millones de bolivianos.

La decisión oficial, que fue confirmada por Iván Zambrana, director de la Agencia Boliviana Espacial, responde a un temor creciente: ceder terreno a una corporación extranjera que, según advierten, podría terminar teniendo más poder que el propio Estado en materia de información y conectividad. Esta posición, respaldada por sectores políticos y técnicos, ha sido duramente cuestionada por organizaciones civiles, docentes y pobladores de regiones rurales, donde la cobertura de internet es prácticamente nula.

La paradoja es evidente. Mientras países como Brasil, Colombia y Chile integran activamente el sistema Starlink para llevar internet a zonas remotas, Bolivia mantiene una postura rígida, incluso cuando su infraestructura digital se encuentra al borde del colapso. El país aún depende de un satélite chino lanzado en 2013, cuya vida útil expira en apenas tres años. Aun así, las autoridades insisten en privilegiar lo nacional, aunque eso implique mantener a gran parte de su población en la desconexión.

En poblaciones como Quetena Chico, un docente debe recorrer seis horas en auto para subir contenidos educativos. Y mientras tanto, en hoteles del suroeste, ya se han detectado casos de ingreso informal de equipos Starlink desde Chile, que permiten conexión temporal hasta que la red detecta y corta el servicio. Una muestra de que la demanda existe y de que el control es limitado.

Para justificar su postura, Bolivia ha iniciado conversaciones con China para sumarse a la red SpaceSail, una constelación satelital que promete más de 15.000 satélites en órbita para 2030. Sin embargo, a diferencia de Starlink, esta red aún no ha sido probada en operaciones a gran escala, lo que deja muchas dudas sobre su eficacia real.

La desconfianza hacia Elon Musk no es nueva. Su negativa a bloquear Starlink durante acciones militares en Ucrania y sus reiterados enfrentamientos con gobiernos por el manejo de contenidos en redes sociales como X han sembrado sospechas sobre el alcance real de su poder. “No hay sustituto para Starlink”, dijo alguna vez Musk. Pero para Bolivia, aceptar esa premisa sería rendirse ante una dependencia tecnológica que consideran peligrosa.

PERGAMINONOTICIAS.COM.AR consultó fuentes internacionales que coinciden en que la postura boliviana tiene fundamentos, aunque el costo inmediato es alto: miles de escuelas, hospitales y comunidades seguirán desconectadas mientras el resto del continente avanza hacia la inclusión digital vía satélite.

Antoine Grenier, experto en telecomunicaciones espaciales, fue contundente en el New York Times: “Los países han comprendido que no pueden depender de un solo actor”. Esa visión multipolar es la que Bolivia intenta sostener, aunque para muchos, el precio de esa independencia sea, por ahora, demasiado alto.

Redacción de PERGAMINO NOTICIAS del Grupo de Medios infopba.com