La situación que estalló en Bahía Blanca con clínicas al borde del cierre no es un hecho aislado. En Pergamino y otras ciudades del interior bonaerense, el sistema privado de salud enfrenta una crisis terminal que amenaza con derrumbar décadas de infraestructura sanitaria construida sin apoyo estatal.
El modelo sanitario mixto que rigió por años en la provincia de Buenos Aires está al borde del colapso. La salud privada, que durante décadas complementó al sistema público, hoy sobrevive endeudada, desfinanciada y sin respuestas políticas a una crisis que se agrava mes a mes.
Desde la Redacción de Pergamino Noticias del Grupo de Medios infopba.com se analizó el impacto concreto en la ciudad, donde el 60 % de las prestaciones privadas dependen de PAMI e IOMA, cuyos aranceles no se actualizan acorde a la inflación real.
En diálogo con PERGAMINONOTICIAS.COM.AR, referentes del sector explicaron que “cada prestación médica genera una pérdida económica”, lo que lleva a algunas clínicas a preferir no ocupar camas antes que absorber un déficit imposible de sostener. Mientras tanto, los precios de medicamentos e insumos se han multiplicado por treinta en los últimos años, sin que exista compensación ni previsión presupuestaria alguna.
En ciudades como Pergamino, Junín o Tandil, las clínicas dejaron de crecer, dejaron de contratar y comenzaron a operar en mínimos técnicos. La falta de financiamiento, sumada al congelamiento tarifario, empuja a los sanatorios a una situación de parálisis. “Estamos atrapados en una ecuación imposible: subir salarios para sostener al personal, pero sin ingresos acordes para pagarles”, remarcan desde el sector.
El caso de Bahía Blanca es apenas la alarma más ruidosa: hospitales privados allí anunciaron déficits mensuales de hasta 100 millones de pesos, imposibilidad de pagar aguinaldos y riesgo inminente de cierre. El espejo, inquietantemente, ya refleja la realidad de muchos centros médicos del interior bonaerense.
“Lo que está pasando es que el Estado, en vez de colaborar con el sistema privado, lo reemplaza. PAMI e IOMA derivan prestaciones al sistema público y abandonan su función de sostenimiento del privado, que es más eficiente pero carece del músculo financiero del Estado”, explicaron fuentes vinculadas a la administración de clínicas en Pergamino.
Esta competencia desleal, subsidiada por fondos públicos, desarma lentamente el ecosistema sanitario. No solo expulsa al privado, sino que satura al sistema público y pone en riesgo la calidad de atención general.
En este escenario, la salud se encamina a una polarización peligrosa: o se paga un sistema prepago con aranceles plenos, inaccesibles para una mayoría, o se depende de un sistema estatal cada vez más colapsado. El ciudadano queda rehén de una guerra silenciosa donde nadie da respuestas.
El abandono institucional es casi absoluto. “No hay quien escuche”, afirman los actores del sector. Ni el Ministerio de Salud nacional, ni el provincial, ni las delegaciones de IOMA y PAMI tienen capacidad ni voluntad de corregir el rumbo.
Desde PERGAMINONOTICIAS.COM.AR se pudo confirmar que la sensación en Pergamino es la misma que en Bahía Blanca, aunque con menor visibilidad. La angustia es creciente y los efectos podrían sentirse de forma dramática en los próximos meses si no hay una redefinición urgente del modelo de financiamiento sanitario.
Opinión pública razonada: Si el Estado no redefine con urgencia su relación con el sistema privado de salud, lo que hoy es un síntoma se convertirá en una enfermedad terminal. La salud, entendida como derecho, necesita sustentabilidad para ser garantizada. Ignorar esta crisis es condenar a miles de bonaerenses a un colapso anunciado.
Redacción de Pergamino Noticias del Grupo de Medios infopba.com