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Un grito en la noche frustró un insólito robo silencioso en Pergamino

Pergamino. En la madrugada del domingo 9 de junio, una vivienda ubicada en calle Fernández Blanco al 1500 fue blanco de un robo tan audaz como inusual, que recién salió a la luz tras la denuncia realizada este miércoles. Sin alarmas, sin cámaras en funcionamiento y sin señales de violencia visibles, el episodio deja al descubierto una creciente modalidad de delitos silenciosos, donde el sigilo de los ladrones se impone al descanso nocturno de los vecinos.

Todo comenzó pasadas las 3:30 de la madrugada, cuando el dueño de casa se sobresaltó al escuchar los ladridos insistentes del perro de su vecina. Se asomó, sin notar nada extraño. Minutos después, una llamada telefónica alteró la aparente calma: su vecina, que también había percibido ruidos sobre los techos, lo alertó de que algo no estaba bien.

Fue entonces cuando se produjo el inesperado intento de frenar el robo. Con un grito que aún resuena en la cuadra, la mujer exclamó: “¡Dejá ese secarropas!”, dirigiéndose a los delincuentes desde su propiedad. Ese gesto, tan valiente como instintivo, motivó al dueño a salir al patio, donde descubrió que los ladrones ya habían pasado. Se habían llevado un televisor y un parlante del quincho, sin dejar rastros evidentes y sin que nadie más los viera.

Las cámaras de seguridad, instaladas pero fuera de funcionamiento, no registraron absolutamente nada. El propietario, además, no cuenta con un seguro que cubra lo robado. Como única evidencia, quedan los ladridos del perro y la voz de su vecina, que actuaron como una insólita alarma vecinal en medio de la madrugada.

La denuncia fue radicada el miércoles y ahora la investigación se encuentra en manos de la Policía, aunque las posibilidades de esclarecer el hecho parecen escasas. Desde PERGAMINONOTICIAS.COM.AR consultamos a fuentes policiales, quienes confirmaron que se trató de un robo sin violencia, pero con una planificación evidente.

Mientras algunos duermen confiados, otros se cuelan entre sombras y techos, sabiendo que no todas las casas están protegidas. Este hecho, aunque no dejó víctimas, pone en evidencia una preocupante vulnerabilidad en zonas residenciales alejadas de los sistemas de monitoreo modernos. Una vez más, el delito eligió la noche para actuar, dejando a su paso no solo pérdidas materiales, sino también una inquietante sensación de inseguridad.

Redacción de Pergamino Noticias del Grupo de Medios infopba.com